lunes, 8 de junio de 2009

mami...

ya no sé qué escribir de ella.
de ellas.
con los puños cerrados, pero el alma abierta.


benedetti




Voy a intentar que no sea triste, aunque lo sea.
Voy a respirar con la noche y el whisky, y no voy a llorar aunque me duela
tan adentro que me sienta fatal por este intento de despedida tardía.
No pude ir allá a darte el abrazo, viejo, y no seré yo el que diga descanse en paz
porque los vivos nunca lo hacen, y tú no estás muerto.
No lo estás.
Te conocí de casualidad, que es como se tiene que conocer a las personas.
Y no hablo del destino, ese cabrón traicionero que solo se apunta los tantos cuando ganas por goleada.
Hablo de una señal que te apunta con el dedo y te dice ¡dispara!, ¡dispara ya!.
O cállate para siempre.
Y no sé si después fueron las palabras
o los hechos, porque en tu caso eso da igual, pero fueron
y yo me llené con ellos
y con ellas
y fui creciendo mirando de reojo a la gente buena,
a los últimos , los de atrás,
todos esos no-dueños de la tierra de los que siempre hablabas,
de los que siempre hablarás, porque siempre habrá alguien que necesite escucharte.
En algún lugar, da igual cómo
o de qué manera, habrá una pareja cogiéndose a escondidas de la mano
o tallando un corazón con dos nombres en un árbol,
esos finos gestos de la inmortalidad,
sea como sea siempre será primavera en el primer beso de marzo
y habrá quien levante la voz por encima de las rejas
y habrá exiliados, claro que los habrá, tomando cerveza en la calle
mientras discuten por el partido del domingo.
Estamos vivos, y ante eso no hay muerte que valga,
no hay olvido que nos pare,
no hay nada que detenga las risas de los niños en los parques
o el delicado vals de los transeúntes en el metro.
Tú querías que así fuera y algún día sueño con poder decirte
“lo conseguimos”
Aunque tu estés allá y no me conozcas,
aunque este trago sepa a suspiro y las ganas de llorar
a veces puedan
a las ganas de reír, pero quien va a evitar los guiños en las escaleras,
las pintadas de las paredes,
quien va a callar los gritos de la gente que no morirá jamás,
de todos esos hombres
y mujeres
valientes
que cargaron el asfalto a sus espaldas y siguieron su propio camino.
Quién podrá ocultar el himno que hay detrás de cada puño cerrado,
de cada herida abierta,
de cada jueves en la plaza de mayo
o cada viernes en la puerta de este bar.
Ahora que te fuiste no descanses en paz
porque llueve, y todo está lleno de barro,
de simiente,
de augurios y fuentes con agua tan cristalina que parecen ojos,
nos dejaste el telegrama marcado con un “tenéis que ser fuertes”
y te haremos caso, aunque el desgarro duela
y no tenerte sea uno de esos actos imperdonables de la muerte,
aunque nos cueste acostarnos por este infatigable mes de mayo
que nunca tuvo a los malos tan de su parte,
haremos de este mundo un mundo de manos
que tocarán la hierba
y de pies descalzos como huellas sobre el cemento,
y serán los de siempre, los de más abajo, los que saldrán a la calle
sin fusiles
ni publicidad,
sin pancartas ni medios de información masiva,
serán los de siempre, los de más abajo,
los que con más fuerza se reirán en la noche de todas las hogueras,
tu tendrás una libreta en la mano
por si acaso es necesario firmar un recibo por cada ceniza
o leernos las caricias de buenas noches,
los susurros de buenos días,
los inconformistas latidos latinoamericanos de un planeta
a la búsqueda de su especie, porque estamos más perdidos que encontrados,
es bueno decirlo y ser fuertes,
andamos jodidos y cabizbajos, pero andamos
y nunca hubo horizonte que quedara cerca,
nunca hubo un pañuelo blanco que no soñara con sangre
o con lágrimas,
pero sobre todo nunca hubo un sueño que no estuviera manchado de imposibilidad,
es duro el rival
y luego, además, las circunstancias,
y es duro ver que te vas diciéndonos “venga”
porque es una mezcla de fuerza y debilidad,
de no saber cuándo parará esta rueda en la que andamos metidos,
y están los crucigramas en la cola del paro,
los silencios de parejas que dudan como dos seres humanos más,
está el chirrío de los trenes que se van
y quién sabe lo que se llevan
o lo que dejan detrás,
en verdad que está todo lleno de pequeñas poesías,
de gestos cotidianos como la escarcha,
como el hierro oxidado
o las paredes de un baño de cualquier bar de Malasaña
donde alguien, quién sabe quién,
quién sabe cuándo,
un día le dio por pintar:
Mario Benedetti no ha muerto porque los hombres buenos no mueren jamás.

cuentos




un pequeño cuento basado en hechos reales.
cuando me hablan de la magia sonrío
cuando vean nevar en verano no hace falta que pongan el telediario. dejenme, que yo se lo explico.

historia de la música


entre tanta canción al amor y la muerte hay médicos que recitan pastillas con sabor a carcajada.
tanto genio para tanta figura tenía que venir a cuento, así que nosotros les contamos, uno a uno,
vario a varios:
-de krahe a carmelo, de riki lópez a mama ladilla, y el acabose con los ramsteins del reno renaldo.



viajes

el programa se lo curró aaron solito.
me hizo la suplencia en mi ausencia por motivos cortometrajiles.
pero el muy cabrón, ya le conocen, es el mejor.
un abrazo chulo.
el próximo viaje, de setas!!!

deportes

mira que me duele empezar con aquel gol del barça y terminar con el himno del madrid.
por el medio: los mojinos, formula one, gomaespuma y un sofrito de noticias y buenrollo deportivo, que sobre todo para perder hay que tener estilo.
os lo dice un madridista.




concursazo

un colega de aaron y su hermano, dano (mi hermano, claro) y jarillo al teléfono.
estos son nuestros amigos.
y estas sus respuestas.
(te juzgarán solo por tus errores, nosotros no)