El día después del día después del partido del sábado y con la resaca del viernes todavía en la chistera, aquí estamos ante ustedes desplegando este desfile de notas ante notarios sobre pentagramas, de filas indias extendidas en el baño, este reparto de estrellas a puntito de estallar en nuestras manos, en vuestros ordenadores. La puta más puta de todas, la música, vuelve a acompañarnos en esta velada de mediados de diciembre, en esta batalla contra el final del otoño, en este programa que trata de ser un porrito de la paz entre griegos y troyanos. Como decía el hombre que se enamoró de la luna:
es lenguaje lunar, sale del corazón y otras veces de los huevos, en cualquiera de los casos solo se trata de saber escuchar.
MENÚ DEL DÍA
-"Gran día" de Paso a Paso
-"la rabia" de trópico 28
-"en defensa propia" de Carlos Galán
-"punkara" de Asian dub foundation
-"Jack el estirpador de amigdalas" de Koma
"Carlos Galán un día se subió a uno de esos sucios trenes que iban hacia el norte y se hizo un cadiz-madrid no solo guitarra en mano, sino también teclado. Le veréis currar de día en bibliotecas públicas necesitadas de acento gaditano, pisha, y de noche le veréis jugar con los dedos en la cuerdas de ciertas mujeres, acariciando el clítoris a la música, tarareando alguna canción de Calamaro. Es uno de esos tipos que cuando sonríen enseñan los dientes, como si quisiera explicarnos que para dar guerra hay que reírse mucho. He tenido la suerte de acompañarle en alguna velada de rock y poesía, y puedo decir que me he emborrachado más de unas cuantas veces en la misma barra que él. Saca disco nuevo, bajo el necesario título de “jóvenes libres”. Lo que viene a continuación es su single “en defensa propia”, os dejo con este ataque en plancha y en caída libre, sin redes ni simulacros, de mi amigo Carlos Galán, dale duro killo."
aquí es, donde el alcohol es sed y vergüenza, donde la gente que no piensa en nada
flota hasta la mínima reminiscencia de la costumbre,
aquí, donde el baile es atronador y las bailarinas tintinean electricidad con el movimiento imposible de unas caderas
que gritan revolución más alto que la sangre derramada del che sobre las converse de un punki de 15 años,
aquí, donde los músculos se comprimen hasta la arteria y sientes corrientes de tinta roja corriendo a través de ti,
pidiendo una guerra a muerte contra la vida,
sin simulacros, sin redes, sin paracaídas:
donde solo la altura de tus actos te separa los pies de la tierra.
Aquí, en este Madrid ardiendo, ha sido un placer y sobre todo un honor
hacer los lunes al rock para todos ustedes.
Aaron Barranco. Escandar Algeet.
“ciao nena, nos vemos en el próximo cruce”.
Arde Madrid, los porretas.
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